Una buena opción es utilizar productos waterproof, pero dejan la pestaña algo apelmazada y tiesa. Y otra opción, para mi la mejor y a la que estoy totalmente agradecida por existir, es la permanente de pestañas. Paso a explicaros como funciona.
Se pegan las pestañas, totalmente limpias, a un rulito que va a actuar como base para la darles la forma deseada. Este tratamiento es genial para las que como yo, tengáis unas pestañas muy largas pero poco rizadas.
A continuación se aplican un par de líquidos que moldean las pestañas y las dejan firmes y curvadas hacia arriba. Este proceso tarda aproximadamente unos 45 minutos.
Se retira el rulo y se aplica el tinte, que se deja actuar otros 15-20 minutos aproximadamente.
El resultado es espectacular. Podéis salir tranquilamente sin utilizar máscara de pestañas y en la temporada de playa siempre luciréis unos ojos bonitos sin necesidad de aplicar rimmel. Abre la mirada y la realza.
Este tratamiento no debe aplicarse más de tres o cuatro veces al año y los resultados tienen una duración de entre uno y tres meses. Todo depende de lo recias que sean vuestras pestañas. A mi me dura poco, la verdad, porque las mías son muy duras.
El precio oscila entre los 20 y los 30 euros, y lo que sí os recomiendo es que os lo hagáis en un sitio de confianza y del que tengáis referencias. Tengo amigas a las que les han hecho verdaderos estropicios. En Sevilla os recomiendo ZenSol (C/Puebla del Río) y Vital (C/Afán de Rivera).
Deciros para terminar que podéis maquillar la pestaña siempre que queráis e incluso poneros sólo un poco de máscara transparente para fijarlas, pero a la hora de desmaquillar hacedlo con suavidad y si podéis, aplicad un serum para hidratarlas.
¿Os animáis?
Un abrazo.
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