viernes, 20 de abril de 2012

George Owen Wynne Apperley

Buenos días! Por fin es viernes y además un viernes muy especial porque el lunes próximo dará comienzo nuestra esperada Feria de Abril. Lo tenéis todo preparado? A mi aún me faltan algunas cosas pero, si no lo dejase todo para última hora, no sería yo.

Cambiando radicalmente de tema, hoy me gustaría hablaros de uno de mis pintores favoritos. Quiero enseñaros sus obras y contaros como transcurrió su vida. Creo que os resultará interesante.

Jorge Apeperley, como era conocido en España, nació en Inglaterra en 1884 en el seno de una familia adinerada y de hondas convicciones militares. Se sintió atraído por la pintura desde muy pequeño pero sus padres consideraban que la profesión de pintor no era adecuada para un miembro de la familia Apperly.


Aún así, George se mantiene firme en sus decisiones y junto a su tutor viaja a Italia visitando Roma, Florencia y Venecia, ciudades donde entra en contacto por primera vez con la luz del mediterráneo. Plasma su obra en  varias acuarelas de calles costumbristas, ruinas y edificios clásicos.


Apperley se casa en secreto en Londres con Hilda Pope, ya que los padres de la novia no aprobaban la relación. Viajan a Suiza donde se instalan por un tiempo y regresan a Londres años más tarde. Fruto de esta unión nacen dos hijos. Hilda no comparte con su marido la pasión por la pintura por lo que el matrimonio termina rompiéndose.

Apperley viaja entonces a Granada, ciudad donde pasará la mayor parte de su vida. Allí conoce a Enriqueta Contreras, una granaína de catorce años con la que tiene otros dos hijos a los que llama Jorge y Enrique. Su obra durante estos años refleja fundamentalmente paisajes y vistas de la ciudad andaluza como La Alhambra, La Calle Elvira o El Paseo del Darro, así como muchos retratos costumbristas que asemejaron su estilo al del pintor Cordobés Julio Romero de Torres.




Tras la proclamación de la II República Apperley viajó a Tánger con su familia, ciudad en la que falleció en 1960.

No quiero aburriros con detalles técnicos y fechas que no sirven para nada, así que como una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo varios de sus retratos para que les echéis un vistazo. Espero que os gusten.






Os animo a que veais su obra completa porque no tiene desperdicio. Sus lienzos están llenos de pequeños detalles que me fascinan, y todos y cada uno de ellos tienen algo especial. Me encanta como Aperrley captaba la mirada de las mujeres y como jugaba con las luces y sombras. Sin duda mi cuadro favorito es el primero de esta última serie que os he enseñado, la mujer envuelta en el mantón de manila. No me puede gustar más! Jeje!

Un abrazo!

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